padrón |
CONTACTO
Oficina de turismo Dirección: Avda. Compostela, s/n, 15900 Padrón, A Coruña Telf. 646 593 319 Fax: 981 811 550 Email: [email protected] |
GUÍA TURÍSTICA
QUÉ VISITAR
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EL ESPOLÓN
Paseo del Espolón, 15900 Padrón - A Coruña Enorme alameda ubicada en el centro urbano. La preside la estatua de Rosalía de Castro, un monumento donado por los padroneses en Uruguay, homenaje al que se sumaron los gallegos residentes en Buenos Aires. Allí mismo, otra placa hace constar que “Galicia coroou de laureiro ao grande poeta Ramón Cabanillas en abril de 1958”. El Espolón es sosiego, es paz, es amplio espacio para el lento caminar y para la charla. Siempre y cuando, claro está, no sea domingo, porque entonces es bullicio, ebullición y feria sin par a la que acuden miles de personas.
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CONVENTO DEL CARME
Rúa Costa do Carme, 15900 Padrón - A Coruña Ese convento, primero de los Carmelitas Descalzos y luego de los Dominicos, es una buena muestra del neoclásico gallego, convertido en espontáneo mirador sobre la villa. Se edifica sobre roca viva a comienzos de la centuria XVIII con la inestimable aportación económica de Alonso de la Peña y Montenegro, padronés que llegó a ser rector de la Universidad compostelana, y se halla pegado al monte San Gregorio, en una de cuyas laderas se yergue la ermita de Santiaguiño do Monte.
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JARDÍN BOTÁNICO-ARTÍSTICO DE PADRÓN
Calle Calvo Sotelo, 15900 Padrón - A Coruña Tranquilo Monumento Artístico Nacional (desde 1946) que incita al paseo, a la tertulia y a la confesión. La fuente, e incluso la estatua a Macías o Namorado con el verso "Cautivo de mi tristeza", pasan casi desapercibidos en medio de este vergel con cada uno de sus elementos identificados. Aquí conviven, en armonía, el carballo (roble), tan popular en Galicia con la fotinia serrulada de China; el loureiro (laurel) con el ave del paraíso de Sudáfrica; el espino albar (típico de toda Europa, Oeste de Asia y Norte de África) con el cornejo de bentham (el árbore portafresas galaico), que se encuentra en el Himalaya; y, en fin, el palqui de Chile con el aliso italiano (ameneiro) del Sur de Italia y la isla de Córcega.
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SITUACIÓN
Padrón es una villa ubicada al sur de la provincia de A Coruña. ES un magnífico enclave entre los ríos Sar y Ulla, que se distribuye por las parroquias de Carcacía, Cruces, Herbón, Iria Flavia y Padrón. Tiene además fuertes vínculos comarcales con los ayuntamientos limítrofes de Dodro y Rois. La situación y desarrollo histórico explican el alta densidad de población.
COMO LLEGAR
El ayuntamiento de Padrón está al sur de la provincia de A Coruña, en su límite con Pontevedra. La carretera N-550, que une la ciudad herculina con Tui, atraviesa el ayuntamiento de norte a sur. Esta es su principal vía de comunicación, junto con la autopista AP-9 que tiene servicio de entrada y salida en Herbón.
De la villa de Padrón parten en forma radial otras carreteras. La C-550 llega a Ribeira (42 kilómetros) después de rodear la margen septentrional de la ría de Arousa. Hacia el norte sale la LC-301 de Lousame y la Noia (28 kilómetros), con un recorrido muy accidentado y pintoresco. Por último, la carretera LC-242 remonta el curso del Ulla hacia Pontevea (13 kilómetros).
Padrón tiene estación de ferrocarril de la línea que une Vigo con la Coruña.
De la villa de Padrón parten en forma radial otras carreteras. La C-550 llega a Ribeira (42 kilómetros) después de rodear la margen septentrional de la ría de Arousa. Hacia el norte sale la LC-301 de Lousame y la Noia (28 kilómetros), con un recorrido muy accidentado y pintoresco. Por último, la carretera LC-242 remonta el curso del Ulla hacia Pontevea (13 kilómetros).
Padrón tiene estación de ferrocarril de la línea que une Vigo con la Coruña.
HISTORIA

La historia de Padrón va ligada a la de Iria Flavia, que era una gran ciudad romana, cuando, según la tradición jacobea, llegó a estas costas el cuerpo del Apóstol Santiago, martirizado en Jerusalén. Según esta tradición, la barca que lo traía atracó en el río Sar y fue amarrada a una piedra, o pedrón, que dio nombre a la nueva población.
Desde el siglo IX la peregrinación a Compostela se consolidó como una de las Rutas más importantes del cristianismo. Esto afectó a todos aquellos lugares por los que este Camino discurría.
Así un factor de dinamismo fueron las sucesivas obras realizadas -o promovidas- por los obispos que requerían mucha mano de obra: construcción de murallas, puentes, calzadas, hospitales y hospedajes... así como otras obras de infraestructuras. Todo ello contribuyó a que se originaran nuevos núcleos de población, alrededor de los cuales se producían constantes renovaciones económicas y culturales.
Padrón, sus leyendas y sus hallazgos, presiden parte de la historia de la comarca, muy vinculada a los acontecimientos jacobeos.
El nombre de la villa deriva de la palabra pedrón, un militario romano que estaba enclavado en la orilla de la ría de Arosa y, al que según la leyenda, se ató la barca que portaba el cuerpo del Apóstol Santiago. Este pedrón, que hoy se encuentra en la iglesia parroquial de Santiago de Padrón, dio origen al topónimo del pueblo.
Desde que los restos del Apóstol fueron llevados a Santiago de Compostela, Padrón se convierte en el principio de la ruta hacia el sepulcro para los peregrinos que llegan por mar. También se convierte en objetivo para los saqueadores vikingos y normandos entre los siglos X y XI, por lo que Alfonso V ordenó reconstruir las Torres del Oeste, el antiguo Castellum honesti de origen romano, a principios del siglo XI y, de este modo, la villa dejó de ser asaltada, disfrutando de una gran prosperidad durante los siglos XII y XIII.
El arzobispo Diego Gelmírez, nacido en las Torres de Oeste, fue uno de los artífices de esa prosperidad. Él fue quien construyó un muelle a orillas del Sar - ya que Padrón tuvo puerto hasta el siglo XVII, cuando los aluviones del río Sar produjeron la retirada de la ría -, donde está ahora la iglesia de Santiago y la calle Murgadán, y de sus astilleros salieron las primeras galeras de la Marina española. El arzobispo Rodrigo de Luna, en el siglo XV, moró dos años enteros en Padrón con todo el cabildo compostelano, con el fin de protegerse de los condes de Altamira. Su hermoso sepulcro con estatua yacente puede verse en la iglesia de Iria Flavia.
Desde el siglo IX la peregrinación a Compostela se consolidó como una de las Rutas más importantes del cristianismo. Esto afectó a todos aquellos lugares por los que este Camino discurría.
Así un factor de dinamismo fueron las sucesivas obras realizadas -o promovidas- por los obispos que requerían mucha mano de obra: construcción de murallas, puentes, calzadas, hospitales y hospedajes... así como otras obras de infraestructuras. Todo ello contribuyó a que se originaran nuevos núcleos de población, alrededor de los cuales se producían constantes renovaciones económicas y culturales.
Padrón, sus leyendas y sus hallazgos, presiden parte de la historia de la comarca, muy vinculada a los acontecimientos jacobeos.
El nombre de la villa deriva de la palabra pedrón, un militario romano que estaba enclavado en la orilla de la ría de Arosa y, al que según la leyenda, se ató la barca que portaba el cuerpo del Apóstol Santiago. Este pedrón, que hoy se encuentra en la iglesia parroquial de Santiago de Padrón, dio origen al topónimo del pueblo.
Desde que los restos del Apóstol fueron llevados a Santiago de Compostela, Padrón se convierte en el principio de la ruta hacia el sepulcro para los peregrinos que llegan por mar. También se convierte en objetivo para los saqueadores vikingos y normandos entre los siglos X y XI, por lo que Alfonso V ordenó reconstruir las Torres del Oeste, el antiguo Castellum honesti de origen romano, a principios del siglo XI y, de este modo, la villa dejó de ser asaltada, disfrutando de una gran prosperidad durante los siglos XII y XIII.
El arzobispo Diego Gelmírez, nacido en las Torres de Oeste, fue uno de los artífices de esa prosperidad. Él fue quien construyó un muelle a orillas del Sar - ya que Padrón tuvo puerto hasta el siglo XVII, cuando los aluviones del río Sar produjeron la retirada de la ría -, donde está ahora la iglesia de Santiago y la calle Murgadán, y de sus astilleros salieron las primeras galeras de la Marina española. El arzobispo Rodrigo de Luna, en el siglo XV, moró dos años enteros en Padrón con todo el cabildo compostelano, con el fin de protegerse de los condes de Altamira. Su hermoso sepulcro con estatua yacente puede verse en la iglesia de Iria Flavia.