INTERIOR de la CATEDRAL
La estructura del edificio está situada sobre un área de ocho mil metros cuadrados, consta de una planta en cruz latina de tres naves de una longitud de unos cien metros con un crucero también de tres naves y de cerca de setenta metros de longitud. La altura en la nave central es de veintidós metros en todo su recorrido y alcanza los treinta y dos de máximo en la bóveda del crucero. El cimborrio, situado sobre el centro del transepto, es gótico y sustituye el antiguo de estilo románico.
Imagen de Santiago Matamoros en 2008.Cerca del altar mayor, la girola está compuesta por diversas capillas románicas absidales, la central de planta cuadrada, y también tiene dos ábsides en cada uno de los brazos del crucero. Sobre las naves laterales, separadas de la central por cuarenta y dos columnas, se encuentra un triforio con cubierta de cuarto de cañón y balcón de ventanales de doble arquería. La nave central se cubre con bóveda de cañón sobre arcos fajones y las laterales con bóvedas de arista.
La iluminación proviene de las ventanas de los dos pisos de las naves laterales del período románico, en la capilla mayor son polilobuladas y las que corresponden a la girola son ojos de buey. La ornamentación interior se puede apreciar en los capiteles historiados de la parte del ábside y en los adornos vegetales de la galería.
La catedral dispone de dos grandes órganos situados en la parte central de los tramos altos de la nave principal. Fueron fabricados en 1708 y 1712 por encargo del capítulo catedralicio al maestro Manuel de la Viña y la caja al arquitecto Antonio Afonsín y al escultor Manuel Romay. En 1978 se fusionaron en uno sólo, la consola fue sustituida y se incluyeron mecanismos electrónicos e informáticos por una empresa italiana.Hoy la Catedral exhibe una fachada románica, la de Platerías al sur; dos barrocas, la del Obradoiro al oeste y el lienzo de la Puerta Santa al este; y una neoclásica, la de Azabachería o la Inmaculada, al norte.
Imagen de Santiago Matamoros en 2008.Cerca del altar mayor, la girola está compuesta por diversas capillas románicas absidales, la central de planta cuadrada, y también tiene dos ábsides en cada uno de los brazos del crucero. Sobre las naves laterales, separadas de la central por cuarenta y dos columnas, se encuentra un triforio con cubierta de cuarto de cañón y balcón de ventanales de doble arquería. La nave central se cubre con bóveda de cañón sobre arcos fajones y las laterales con bóvedas de arista.
La iluminación proviene de las ventanas de los dos pisos de las naves laterales del período románico, en la capilla mayor son polilobuladas y las que corresponden a la girola son ojos de buey. La ornamentación interior se puede apreciar en los capiteles historiados de la parte del ábside y en los adornos vegetales de la galería.
La catedral dispone de dos grandes órganos situados en la parte central de los tramos altos de la nave principal. Fueron fabricados en 1708 y 1712 por encargo del capítulo catedralicio al maestro Manuel de la Viña y la caja al arquitecto Antonio Afonsín y al escultor Manuel Romay. En 1978 se fusionaron en uno sólo, la consola fue sustituida y se incluyeron mecanismos electrónicos e informáticos por una empresa italiana.Hoy la Catedral exhibe una fachada románica, la de Platerías al sur; dos barrocas, la del Obradoiro al oeste y el lienzo de la Puerta Santa al este; y una neoclásica, la de Azabachería o la Inmaculada, al norte.
CAPILLAS DE LA NAVE PRINCIPAL
Muchas de las capillas de la planta románica original se unieron o se reformaron a lo largo de los siglos, hasta llegar a los 16 actuales. A ellas se añaden la cripta apostólica, la cripta del Pórtico de la Gloria y una parroquia independiente, la Corticela.
En el brazo principal se abren 4 capillas, ninguna de las cuales pertenece a la planta románica: las de la izquierda son la capilla de la Comunión, de estilo neoclásico, y la del Santo Cristo de Burgos, del s. XVII. Las de la derecha, construidas con el claustro del s. XVI, fueron destinadas a albergar las colecciones de reliquias, el Panteón Real y el Tesoro del Museo Catedralicio, por lo que es necesario pagar la entrada del museo para visitarlas.
En el brazo principal se abren 4 capillas, ninguna de las cuales pertenece a la planta románica: las de la izquierda son la capilla de la Comunión, de estilo neoclásico, y la del Santo Cristo de Burgos, del s. XVII. Las de la derecha, construidas con el claustro del s. XVI, fueron destinadas a albergar las colecciones de reliquias, el Panteón Real y el Tesoro del Museo Catedralicio, por lo que es necesario pagar la entrada del museo para visitarlas.
CAPILLAS DE LA GIROLA
l recorrido pausado por los brazos del crucero y la girola permite admirar arquitecturas y piezas artísticas de diferentes épocas, especialmente en las capillas, en las que los peregrinos de diferentes naciones encontraban a los santos de su devoción. Las cinco capillas originales de la cabecera y los cuatro absidiolos de los brazos se transformaron en notables capillas, algunas de las cuales muestran estructura románica con retablos y ornamentos góticos, renacentistas, barrocos o neoclásicos.
En la girola se suceden, de izquierda a derecha, las capillas de San Bartolomé y San Juan, de planta románica ambas; y Santa María la Blanca, del gremio de los plateros. En el centro de la girola puede verse la capilla del Salvador, punto de arranque de la construcción románica en el año 1075, según la inscripción que en ella se conserva. Aquí se daba la Comunión a los peregrinos y se les hacía entrega de una carta que acreditaba su peregrinación. A su lado se encuentra la Puerta Santa, que se abre exclusivamente en los Años Santos para que los creyentes que la atraviesen puedan ganar la absolución plenaria, tras confesarse y comulgar.
Las siguientes capillas en dirección sur son las de la Azucena, de planta románica, y la de Mondragón, con un Descendimiento de terracota del s. XVII. En el extremo derecho del deambulatorio se halla el desbordante barroco de la capilla del Pilar, decorada con mármoles y jaspes y motivos relativos a la peregrinación, como las vieiras y la cruz de Santiago.
En la girola se suceden, de izquierda a derecha, las capillas de San Bartolomé y San Juan, de planta románica ambas; y Santa María la Blanca, del gremio de los plateros. En el centro de la girola puede verse la capilla del Salvador, punto de arranque de la construcción románica en el año 1075, según la inscripción que en ella se conserva. Aquí se daba la Comunión a los peregrinos y se les hacía entrega de una carta que acreditaba su peregrinación. A su lado se encuentra la Puerta Santa, que se abre exclusivamente en los Años Santos para que los creyentes que la atraviesen puedan ganar la absolución plenaria, tras confesarse y comulgar.
Las siguientes capillas en dirección sur son las de la Azucena, de planta románica, y la de Mondragón, con un Descendimiento de terracota del s. XVII. En el extremo derecho del deambulatorio se halla el desbordante barroco de la capilla del Pilar, decorada con mármoles y jaspes y motivos relativos a la peregrinación, como las vieiras y la cruz de Santiago.
CAPILLAS DEL CRUCERO
Partiendo de la girola hacia la puerta de Platerías se encuentran el sepulcro del obispo descubridor del sepulcro, Teodomiro (s. IX), junto a la salida del Pórtico Real (hoy tienda de la Catedral). A continuación una pila bautismal del s. XI. Frente a ella se ve el Tímpano de Clavijo –primera representación conocida de Santiago Matamoros en el s. XIII- y dos portadas platerescas: la del claustro y la de la sacristía.
Al lado contrario, hacia la puerta de la Acibechería, crece el número de capillas, pues se hallan la de la Concepción –con una virgen del s. XVI-, la del Espíritu Santo –gótica ampliada en el XVII-, la entrada a la Corticela, y las capillas de San Andrés, San Nicolás y San Antonio. Al otro lado se ve el pequeño altar de Santiago Matamoros (s. XVIII) y la capilla de Santa Catalina, que fue panteón real.
La capilla más antigua de todas las existentes es la de Santa María de la Corticela, un oratorio benedictino del s. IX que en su origen era un edificio vecino, situado entre la Catedral y la primera muralla de la ciudad. Pertenecía a los monjes encargados del culto jacobeo, que luego fundarían el Monasterio de Pinario. La actual capilla es obra del s. XIII y muestra en el tímpano de entrada una admirable Adoración de los Reyes. Pese a haber sido unida al crucero, conserva su carácter de parroquia independiente de la Catedral y es escenario de las bodas que se quieran realizar en el templo.
Al lado contrario, hacia la puerta de la Acibechería, crece el número de capillas, pues se hallan la de la Concepción –con una virgen del s. XVI-, la del Espíritu Santo –gótica ampliada en el XVII-, la entrada a la Corticela, y las capillas de San Andrés, San Nicolás y San Antonio. Al otro lado se ve el pequeño altar de Santiago Matamoros (s. XVIII) y la capilla de Santa Catalina, que fue panteón real.
La capilla más antigua de todas las existentes es la de Santa María de la Corticela, un oratorio benedictino del s. IX que en su origen era un edificio vecino, situado entre la Catedral y la primera muralla de la ciudad. Pertenecía a los monjes encargados del culto jacobeo, que luego fundarían el Monasterio de Pinario. La actual capilla es obra del s. XIII y muestra en el tímpano de entrada una admirable Adoración de los Reyes. Pese a haber sido unida al crucero, conserva su carácter de parroquia independiente de la Catedral y es escenario de las bodas que se quieran realizar en el templo.